Desde sus orígenes olmecas hasta el glamour de los 50, Acapulco ha sido una bahía con una de las historias de transformación y cautividad más fascinantes de la historia de México. La historia de la bahía comienza desde su fundación, hace cerca de 2000 años por la gente Olmeca y la gente Yope. Sin embargo, no fue hasta el siglo VII que Acapulco empezó a ver un gran desarrollo, tras la llegada de grandes influencias Teotihuacanas por la ruta de Morelos y Chilpancingo, y por el sur la influencia Maya por la zona de Tehuantepec.
Después de la derrota de los Mexicas en la Ciudad de México, en diciembre 15 del año 1521, por órdenes de Hernán Cortés, el Capitán Francisco Chico salió a explorar el "Mar del Sur" con finalidad de encontrar un nuevo puerto donde se podrían construir y atracar buques. El Capitán entró a la gran bahía acapulqueña y la bautizó con el nombre de Santa Lucía, dado que el santoral así lo marcaba. Su fundación oficial no fue hasta el 12 de marzo de 1550 por el mandato del Virrey Antonio de Mendoza, y se renombra la bahía como "La Ciudad de los Reyes". Fue durante este periodo que Acapulco comenzó a brillar como el diamante que es.
Después de la inauguración de la ruta trans pacifica más importante de la historia de México, llamada "El Nao de China" en el año 1565 por Fray Andrés de Urdaneta, el puerto de Acapulco empezó a recibir comerciantes y mercancía de origen asiático, primordialmente Chino, Japonés y Coreano. El gran mercado de Acapulco se volvió uno de los mercados más relevantes y emblemáticos del mundo, ya que México quedaba a la "mitad del mundo" entre Asia y Europa, y así Acapulco solidifico su valor y resplandor a nivel internacional.
Sin embargo, su gran lustro sucedió durante los años 50 con el acercamiento de Hollywood a la bahía. En 1947, con la producción de la película "La Dama de Shanghái" dirigida por Orson Welles y protagonizada por la ilustre Rita Hayworth, Acapulco empezó a establecerse como la capital de la moda y refinamiento. Con ello, leyendas de Hollywood como Frank Sinatra, Elvis Presley, Debbie Reynolds, Cary Grant y Elizabeth Taylor comenzaron a enloquecerse por el diamante del pacífico. Incluso, Acapulco llegó a tener una fama tan impresionante que el presidente John F. Kennedy viajó de manera seguida a la bahía para tomarse sus descansos.
Con el tiempo, la fama de la bahía creció más y más, y el nombre de Acapulco comenzó a ser rival de ciudades lujosas como St. Tropez e Ibiza. No había esquina en el mundo que Acapulco no se conocía como un lugar iluso, lleno de magia, resplandor y sueños. Tanto el caso que hay una multitud de canciones dedicadas a la bahía, algunas de ellas siendo "Fun in Acapulco" de Elvis Presley, "Acapulco" del gran compositor Italiano Piero Piccioni, "Acapulco Amor" Luis Miguel, "Acapulco" Les Baxter, entre otras.
No obstante, es claro que Acapulco siempre ha dejado a sus visitantes completamente enamorados de sus colores, sabores, olores, sensaciones y resplandor únicamente Acapulqueño. Su valor, belleza y perpetuidad lo dictan como "El verdadero Diamante del Pacífico".